La mitad de lo que tenemos es deseo,
La otra mitad es insatisfacción
Carlo Dossi
Cómplice de camino, muchas personas se encuentran crónicamente insatisfechas, es decir, que no importa lo que tengan o con quién estén o dónde, siempre sienten que les falta algo.
Una cosa es tener lo que se llama “una sana insatisfacción” en la vida, la cual nos rete constantemente a aprender y explorar nuevas cosas y, con ello, expandir nuestra zona de confort, y otra muy distinta, es la condición neurótica de sentir que siempre falta algo más para estar bien, para sentirnos plenos y realizados.
Freud sostiene que el deseo nunca se satisface, sino que sólo se desplaza. Te invito a que hagamos juntos un breve recorrido por la historia; digamos unas 4 generaciones, y pongamos a la luz cómo cada una de ellas vive este fenómeno de desplazamiento del deseo, que yo personalmente le llamo “no tener llenadera”:
Los Baby Boomers, la generación de la post guerra, nacidos entre 1945 y 1964, tuvieron que enfrentarse con una de las crisis económicas más severas a nivel mundial y por ende, muchos de sus valores radican en encontrar seguridad, trabajo y paz en sus vidas. Se denominan “Baby boomers” por el enorme crecimiento (boom) en la tasa de natalidad que se vivió en aquellas décadas. Se pretendía obtener la sensación de continuidad, familiaridad, rutina y estabilidad, al conseguir un empleo formal en una empresa sólida y formando un matrimonio/familia “modelo”.
Formar una “buena” familia, tener un “buen” trabajo y dar seguridad/proveeduría a los demás, eran los principales deseos de quienes formaron parte de esta generación de “Baby Boomers”. Estos deseos nunca se satisfacían, no importaba cuánto hubieran ahorrado, cuánto protegieran y proveyeran a sus descendientes, cuánto tiempo estuvieran en la misma compañía y cuánto renunciaran a anhelos individuales en pro de la familia; siempre quedaba esta sensación de que podrían haber hecho un poco más.
Las siguientes 3 generaciones: la X (1965 a 1980), la Y o Milenio (1981 a 1999) y la Z o Centennials (2000 a la fecha), son una historia aparte. Estas tres generaciones, en promedio, han experimentado una abundancia en sus vidas jamás antes vista por ninguna otra generación en la historia de la humanidad y esto, trae grandes ventajas y también grandes retos.
Desde el punto de vista de la escala de necesidades de la pirámide de Maslow (ver imagen a continuación), los integrantes de estas generaciones, al tener la mayoría de sus necesidades fisiológicas, de seguridad y sociales cubiertas de forma satisfactoria (hay múltiples excepciones a esto); desplazan el deseo, de manera natural, hacia la satisfacción de las necesidades de autoestima y autorrealización.
Fuente: Cognifit: Salud, Cerebro y Neurociencias]; https://blog.cognifit.com/es/piramide-de-maslow/
La generación X (1965-1980) es considerada de transición entre la era analógica y la era digital. Son quienes vieron nacer el internet, quienes formaron parte de la explosión del consumismo, presenciaron la caída del muro de Berlín y quienes fueron golpeados con más fuerza por la pandemia del SIDA. La libertad, el anhelo de llegar a ser alguien y la necesidad de brindar a sus hijos (Los Millenials) posibilidades de expansión, sin las limitaciones que ellos vivieron, han sido los deseos de esta generación.
Estos deseos impulsan a muchos de quienes forman parte de la generación X a ser muy competitivos, a estar continuamente luchando por alcanzar un alto estatus social y una posición de éxito y reconocimiento (lo cual hacen casi siempre dentro de una empresa). Es en esta generación donde muchos progenitores, en pro de educar con libertad, no tuvieron la capacidad de poner límites sanos al poder de sus hijos, acabando muchas veces tiranizados por éstos.
Vemos cómo para la generación X el deseo de ser “alguien” en la vida, de abrir opciones y ser unos “super papás” para sus hijos, nunca se satisface.
La generación Y o Millenials, nacidos entre 1981 y 1999 son llamados así por ser quienes vieron nacer el nuevo siglo XXI. Una generación que nació con el boom de la tecnología digital y que se encuentran hiperconectados a través de ésta. Una generación que en su mayoría no ha pasado a través de grandes crisis económicas y cuenta con “súper” padres que los empujan a ser libres y auténticos. Los Millenials comparten entre ellos una serie de valores éticos y sociales que apuntan hacia la ecología, la ruptura de jerarquías/etiquetas y la búsqueda de la equidad social.
Esta es una generación de la cual se habla mucho y que es poco comprendida y valorada por las generaciones que leanteceden. Quienes forman parte de esta generación comparten el deseo por:
- Demostrar que se puede ser exitoso sin la necesidad de sacrificar su vida en una empresa o corporación, lo cual los hace ser emprendedores. Muchos de ellos buscarán poner su propia empresa antes que trabajar para alguien más. De hecho, es la generación que más jóvenes millonarios ha producido.
- Demostrar que hay nuevas y mejoras formas de hacer las cosas y lograr resultados que las aprendidas hasta hoy, por ejemplo, colaborando y no compitiendo.
- Vivir bajo un propósito más allá de la seguridad y la libertad como: la ecología, las causas sociales, la equidad social, etc.
Estos deseos, en conjunto con el contexto familiar y social, donde la mayoría de los Millenials crecieron, les hacen desplegar comportamientos que no son necesariamente vistos como positivos, como el sentirse con derecho a todo sin hacer el esfuerzo necesario y mostrar cierta tendencia al egocentrismo. Suelen mostrarse exageradamente seguros de sí mismos, pensando que todo lo pueden, o que seguro lo aprenden a hacer más rápido y mejor que los demás; sobre todo cuando los demás pertenecen a las generaciones anteriores.
Suelen moverse de un trabajo a otro con mucha frecuencia, su promedio de retención es menos o igual a 2 años, y lo hacen con la seguridad de que siempre hay ahí afuera algo mejor para ellos, algo que les haga más sentido y que no requiera de lidiar con jerarquías y estructuras que consideran obsoletas, ni con tener que encadenarse a una empresa o hacer algo que no quieren.
Son como Ícaro, el hijo de Dédalo en la mitología griega, jóvenes y confiados se aventuran listos a conquistar el sol, y en más de una ocasión, éste les derrite las alas y la realidad les golpea con su complejidad y protocolo.
Los Millenials han tenido el valor de romper con muchos paradigmas. Por mencionar un par:
- Tengo que casarme y tener hijos para ser feliz. La mayoría busca casarse cerca de los 30 años, después de haber gozado de su soltería y sopesando mejor su decisión sobre el matrimonio, que otras generaciones. Muchos incluso deciden no casarse, y quienes lo hacen suelen preferir no tener hijos.
- Se puede gozar de la vida hasta la vejez. La mayoría están más centrados en viajar, conocer otras culturas y disfrutar hoy, que en ahorrar o comprar un bien inmueble para su estabilidad futura. Viven más en el aquí y en el ahora.
¿Hasta dónde llevarán a los Millenials sus deseos? Es una historia que está todavía escribiéndose.
La generación Z o Centennials son también llamados generación igen o los Nativos digitales, y comprende a todos los nacidos desde inicios del siglo XXI (el año 2000) y hasta la fecha. Los Centennials son una generación literalmente conectada y que vive en un gran porcentaje de su vida a través de la web. Su capacidad de aprender y adaptarse a nuevas tecnologías es impresionante y mucha de su vida social e interacción con los demás es en un mundo virtual.
Retraídos, impacientes, con menos habilidades sociales, aprenden solos y con poca supervisión; explotan al máximo las posibilidades que la tecnología les ofrece para conseguir resultados sorprendentes tanto en lo individual como en lo colectivo.
Es muy difícil entender cuáles son los deseos o anhelos de una generación tan joven que aún no llega a su etapa de madurez y, por, no han entrado a ser partícipes del mercado laboral y a tomar decisiones sobre matrimonio, hijos, etc. Lo que sí es que ya tenemos algunas señales de algunos paradigmas que vienen a romper, tales como:
- No identificarse con ninguna orientación sexual en particular. Claman ser una combinación única de muchas preferencias.
- El lograr hacer grandes colaboraciones en línea y obtener grandes resultados disminuyendo así la necesidad estar físicamente presentes en el mundo.
- El contacto uno a uno se va volviendo cada vez menos necesario entre ellos. Incluso la frecuencia de las relaciones sexuales entre los integrantes de esta generación es menor que la de las generaciones anteriores.
Cómplice de camino no cabe duda de que, al vernos como parte de un todo -en este caso, siguiendo la forma de cómo evolucionan las generaciones- logramos comprender de dónde surgen muchas de nuestras motivaciones y deseos.
Definitivamente yo concuerdo con Freud que el deseo nunca se satisface por completo y que sólo se desplaza; es decir,que cuando alcanzamos la cima de una montaña desde ahí vislumbramos la siguiente cima, la que conquistaremos a continuación. Esto tanto en lo individual como en lo colectivo.
Ya que el deseo siempre se va a desplazar, busquemos parar de vez en vez y reconocer y apreciar lo que hemos alcanzado. Voltear a ver el camino recorrido y darnos una buena palmada en la espalda diciendo bien hecho. Hagamos pues una pausa para disfrutar de la vista actual antes de ir tras la siguiente cumbre. No dejemos que este fenómeno de “no tener llenadera” nos lleve a movernos con prisa, hacia un futuro prometedor que cuando llegamos a él se desplaza al siguiente y así sin fin.
La vida es lo que pasa frente a nuestras narices mientras alimentamos nuestras neurosis, hagamos juntos una rebelión consciente para realmente enfocar nuestra energía más en el hoy y menos en el mañana.
Un abrazo como siempre…desde el fondo del estanque de Narciso.
Ligas a artículos:
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